La comunidad hemos aprovechado el puente del 5 de marzo, fiesta en Zaragoza, para hacer un retiro en el Monasterio de las Monjas Trinitarias de Suesa. 

Además de nuestros momentos de retiro, reflexión y diálogo, hemos disfrutado de la acogida de esta comunidad contemplativa que ha sabido renovarse y ser testimonio de silencio y oración de un modo actual y comprometido. 

Los momentos de oración compartida en comunidad nos han sorprendido por la profundidad, la belleza, el clima, la adaptación de lenguaje, la esmerada combinación de gestos, música, luz, oración y silencio. 

Antes de terminar nuestro retiro pudimos conversar largo y tendido con dos de las hermanas, que nos dieron muchas y valiosas claves para nuestro proyecto comunitario. Fue un momento entrañable y profundo que nos ha iluminado e inspirado mucho y que seguramente podremos concretar en algunas novedades para nuestra vida. 

Nos vamos con un buenísimo sabor de boca, de haber disfrutado de lo auténtico de una vida centrada en el Señor, y de un testimonio de esa vida que ilumina a cuantos nos acercamos a compartir en el monasterio. Gracias por tanto.