El pasado jueves 5 de octubre recibíamos en casa la visita de D. Carlos. Nos ha animado mucho en nuestro deseo de poner al servicio de jóvenes y de quienes necesiten en su búsqueda personal de espacios y lugares para el discernimiento. Ya desde el Sínodo de los Jóvenes se puso de manifiesto la necesidad de ofrecer este tipo de lugares, para el discernimiento y para la experiencia comunitaria, desde la acogida, el testimonio y el acompañamiento.  
Ha podido compartir un rato con la comunidad y nos hemos puesto como comunidad y como proyecto al servicio de las necesidades de la Diócesis de Zaragoza. En este mes de octubre seguiremos conectando con las diversas instancia de pastoral en la Diócesis y ofreciendo de esta manera nuestra casa.